Se fomenta la gestión emocional comenzando por la identificación de las emociones. En el que se comentó ya en el otro post. Esto que suena tan lógico y sencillo por normal general no lo hemos aprendido a hacer. Tras plantearnos “¿Cómo nos sentimos?” normalmente nos respondemos de forma casi automática con un “bien” quizás si no es del todo así lo cambiemos a un “mal”, “regular”, “tirando”, “sobreviviendo” o un “ahí vamos”. Frases que realmente no nos aportan información sobre nuestro proceso emocional interno y se queda en algo muy superficial.
Cómo todo aprendizaje necesita de un proceso, ser consciente es el primero de ello y para que se de eso, lo primero, es detenernos y autoanalizarnos ¿nos permitimos ese tiempo en este estilo de vida en el que “corremos sin parar casi sin mirar hacia donde”?.
Es curioso como las zonas que están relacionadas con nuestras emociones son más antiguas que las relacionadas con el pensamiento, y se puede pensar que son más primitivas, a pesar de de eso, han evolucionado ambas a la par. No solo eso, sino la estructura relacionada con la memoria también está vinculada con las emociones, haciendo que cuando nos sintamos de una u otra forma los recuerdos que nos vengan serán relacionados con esa emoción. Como una base de datos en la que escribes una palabra, en este caso una emoción y aparecen los archivos de nuestro cerebro relacionados con esa emoción y no con otra. Ese funcionamiento es directamente relacionado con los pensamientos, si recordamos momentos relacionados con una emoción ¿Qué tipo de pensamientos tendremos?.
Nuestra gestión emocional es algo que se puede aprender en cualquier momento pero se necesita tiempo y paciencia. El autoconocimiento es un proceso. Como hemos comentado anteriormente: Detenernos, detectarlo, conocer previamente que hemos detectado o aprenderlo y gestionarlo. ¿Cómo? Si, observamos que nuestras emociones, nuestra memoria y nuestros pensamientos se retroalimentan habrá que cambiar algo de eso para comenzar a romper el círculo vicioso. Se puede comenzar por cualquier elemento e incluso la parte de la “acción” que es la consecuencia de todo ese proceso. Desde mi punto de vista, es más sencillo comenzar por los pensamientos, que como hemos comentado, es la parte mas reciente y que por sus características menos abstractas podemos manejarlas.
Para ello es importante ser conscientes de que tipo de pensamientos nos pueden generar malestar. Los errores en el procesamiento del pensamiento recibe el nombre de distorsión cognitiva según el psicólogo y catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Pennsylvania Aaron Beck (1967 y 1979) identifica los siguientes:
Inferencia arbitraria: se refiere al proceso de adelantar una determinada conclusión en ausencia de la evidencia que la apoye o cuando la evidencia es contraria.
Abstracción selectiva: consiste en centrarse en un detalle extraído fuera de contexto, ignorando otras características más relevantes de la situación, y valorando toda la experiencia en base a ese detalle.
Sobregeneralización: se refiere al proceso de elaborar una conclusión general a partir de uno o varios hechos aislados y de aplicar esta conclusión a situaciones no relacionadas entre sí.
Maximización y minimización: se evalúan lo sucedido dandole un mayor peso o infravalorado sin una base o evidencia real.
Personalización: Es latendencia excesiva por la persona a atribuir acontecimientos externos como referidos a su persona, sin evidencia para ello.
Pensamiento dicotómico o polarización: se refiere a la tendencia a clasificar las experiencias en una o dos categorías opuestas y extremas saltándose la evidencia de valoraciones y hechos intermedios.
Cambiando ese tipo de pensamientos podemos fomentar un cambio en nuestras emociones. ¿Te has sentido identificada o identificado con algún tipo de pensamiento? En otro post hablaremos de cómo podemos gestionar nuestra inteligencia emocional desde las emociones.
Jorge Pérez Ferrer
Psicólogo, sexólogo y terapeuta de pareja