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PERDER EL MIEDO A HABLAR EN PÚBLICO

Dominar tu miedo y la habilidad social de hablar en público.


Muchos escritos hablan sobre cómo realizar una exposición o charla en público de manera eficaz. Pocos son los que hablan de hacerlo bien y superar el miedo a hacerlo. Y prácticamente ninguno se centra en lo que realmente importa para conseguir ambas cosas; la mente, el cuerpo y las emociones de la persona que tiene que exponer. Además, la mayoría de esos escritos que prometen con apenas diez técnicas o “tips” superar el miedo o realizar eficazmente la exposición, parece que hayan sido escritas por alguien que nunca haya pasado por la dificultad de tener que superar su miedo o aprender de cero. Y si de verdad lo han hecho, desde luego no lo reflejan.

Una de las cosas que más se repite en la psicología es que una persona es un ser psicobiosocial. Por ese motivo, es necesario tener estos aspectos muy en cuenta a la hora de superar cualquier cosa que nos suponga un reto, y sin olvidar, que dichas tres dimensiones de la persona; la psicológica, la biológica y la social, van unidas entre sí y se afectan mutuamente las unas a las otras. Y en este caso, el de hablar en público, supone un ejemplo perfecto de esa interrelación entre las dimensiones de una persona.


Una vez tenemos esta interrelación en mente, ya tenemos un mapa guía sobre lo que debemos empezar a trabajar en nosotros mismos. En primer lugar debemos de entrenar precisamente eso; nuestra mente, para que se enfrente al reto de forma positiva, ya que esto influirá positivamente sobre el estado de ánimo de nuestro propio cuerpo y al mismo tiempo nos hará ver el aspecto social desde una perspectiva que posiblemente los nervios y el miedo no nos permitía ver. Como resultado, obtendremos un mayor dominio sobre nuestras acciones corporales, lo que dará un feedback positivo a nuestra mente, haciendo que nuestra determinación sea más fuerte, lo que a su vez, hará que nuestra capacidad de desenvolvernos en el aspecto social sea aún más eficaz.


Tratad de tener estas ideas en cuenta, y ya podremos empezar a centrarnos en los aspectos más concretos que tienen que ver con hablar en público, que como comprobaréis están totalmente ligadas a las dimensiones psicológica, biológica y social. El primer aspecto son los nervios que probablemente sintamos que nos dominan. Sin embargo, esa no es más que una ilusión que nosotros nos creamos, lo cierto es que los nervios no solo no tienen sentido, sino que debemos tener en cuenta que no duran para siempre. Y más importante aún; que solo nos dominarán si nosotros creemos que nos dominan. El segundo aspecto y de gran importancia, puesto que influye en el desarrollo mismo de la exposición o charla, sería el contexto, ya que según la naturaleza de este podremos proceder de un modo u otro, hablar y expresarnos de una determinada manera, e incluso puede llegar a ser un aliado, o un reto para nosotros según su naturaleza. En dicho contexto se ha de tener en cuenta elementos como el contenido de la charla, las personas a las que va dirigida, los materiales que disponemos, e incluso el lugar de exposición. Es por eso que teniendo unos componentes tan influyentes, es importante que sepamos no solo a fijarnos en el contexto, sino también el aprender cómo proceder según la naturaleza de dicho contexto.

El tercer aspecto a tener en cuenta sería el contenido en sí de la exposición. Este no solo influye en nuestro desempeño según la dificultad del contenido, sino que también puede influir en nuestra motivación cuando se trata de un tema que nos interesa. Sin embargo, es importante que nuestro dominio del tema sea lo mayor posible, pues cuanto mayor sea el dominio sobre el conocimiento a exponer, mayor será la facilidad para exponer. Además, a veces indagar en un tema, puede hacer que descubramos aspectos que hagan que un tema que en un principio no nos atraía, termine interesándonos.

El cuarto aspecto sería nuestra motivación, una motivación alta nos lleva a querer desempeñar mejor nuestra labor, sea cual sea esta. Además, nos facilita el aprendizaje del tema a exponer y nos da un mayor nivel de confianza en nosotros mismos. Pero tan importante como tener motivación es que esta sea positiva, ya que una motivación negativa como el pensar “Si no lo hago bien, me despiden, o suspenden”, te empuja a hacerlo, pero el desempeño siempre estará nublado por el miedo al fracaso, lo que precisamente hará aumentar las posibilidades de fracaso. Lo cual no sucede con una motivación positiva, que lo creáis o no, siempre existe. Solo tenéis que tomaros vuestro tiempo para encontrarla.


Aunque tengamos claros lo que sería los aspectos biopsicosociales a tener en cuenta en una exposición, no hay que olvidar que el ser humano es un ser que ha llegado a dónde está por su intelecto y la aplicación de este en todo lo que hace con el fin de mejorar su desempeño. Es por eso que no hay que ignorar que siempre hay modos de mejorar y ser más eficientes. En este caso a la hora de hablar en público. En este punto sí que podemos tener en cuenta aquellos escritos que nos hablan de esas técnicas para hablar en público sin centrarse en el aspecto biopsicosocial, sin embargo, cuando comparamos muchas de esas técnicas, no solo encontramos desacuerdos entre ellas, sino que también hay errores, e incluso el mayor fallo de todos; y es creer que todas las técnicas sirven por igual para todo el mundo y bajo cualquier contexto. Es por eso que cuando las leamos debemos de tener en mente siempre nuestras propios aspectos biopsicosociales y ver cuáles de estas técnicas se adaptan mejor a nosotros.


Teniendo en cuenta las técnicas que podamos aprender para desarrollarlas durante la exposición, también tenemos que tener en cuenta aquellas que podemos llevar a cabo antes de esta. La más importante sin duda es la simulación o entrenamiento. Y debemos escoger qué medio de simulación llevar a cabo; ya sea la simulación mental usando nuestra imaginación, delante de un espejo, preparando una sala con público ficticio o de personas de confianza, o incluso probando todas ellas si se desea.


Finalmente, una vez dominada la habilidad de hablar en público y eliminado el miedo de nuestra mente. No solo ganaremos confianza en nosotros mismos, sino que descubriremos que la habilidad de hablar en público nos ayudará en muchos otros aspectos de nuestra vida. Como la capacidad de saber expresarnos mejor, la capacidad de sintetizar mejor las ideas o incluso el ser capaz de analizar mejor el contexto en el que nos encontremos para saber mejor cómo actuar, estas, entre otras muchas capacidades que iréis descubriendo. Además, descubriréis un curioso fenómeno que jamás pensaríais que os llegaría a suceder; y es que no sólo disfrutaréis exponiendo, sino que llegará un momento en que deseéis hacerlo.





Javier Cánovas

Psicólogo


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