Conforme van pasando los años y analizando mi propia vida, tengo la sensación de que vivimos cada vez en una cotidianidad más acelerada. Pendientes de objetivos futuros que hay que cumplir, esperando situaciones que deben llegar y sobreviviendo en la superficialidad en muchas ocasiones. Todo esto puede generar un caldo de cultivo para tener una vida emocional que puede no ser satisfactoria, y cómo no, una vida sexual en la línea.
Nuestra vida emocional y sexual es un trabajo cotidiano que en muchas ocasiones dejamos de lado, ya que “eso es algo que surge o va saliendo con la vida” y no siempre es así. Es por ello que hablaremos de una herramienta importante para trabajar nuestra sexualidad y por tanto nuestra intimidad, de pareja o personal. Esta herramienta es la atención.
Para hablar de ella hablaremos del mindfulness, definida por Jon Kabat-Zinn como: “Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar” y en el que lo aplicaremos en nuestra vida sexual. Por tanto, consiste en una técnica que utiliza el cuerpo y la mente para desarrollar una inter e intra-afectividad y una sexualidad, sin juicio, observando nuestro mundo interior y nuestro cuerpo.
Por tanto, hablaremos del “mindfulnsex” definiéndolo como: “Proceso de atención plena intencional y sin juicio en nuestra sexualidad o acto sexual”. Poder vivir la sexualidad de una forma más consciente sin viajar a nivel temporal. No centrarse en las expectativas, en el trabajo de después, en las preocupaciones, sobre la eficacia sexual que se dará etc. Solo en las sensaciones de ese momento, que es nuestra única realidad. Todo ello nos puede ayudar a enriquecer nuestra intimidad y sexualidad de una forma diferente. Puede ayudarnos para trabajar con algunas disfunciones sexuales y estimular los sentidos.
Según la OMS, Organización Mundial de la Salud, la sexualidad se define como “un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia”. Esto nos dice que la sexualidad se nutre, no solo por la parte física y su bienestar, sino por el bienestar emocional y el placer, desde la coherencia de los valores de cada persona y su voluntad.
Se ha hablado de la importancia del mundo interno y externo, y eso lo podemos dividir también en pensamientos y sentidos. Esos mensajes, diálogos internos, imágenes y demás elementos cognitivos que nos recorre nuestra mente para comenzar y que nos desconecta de nuestra experiencia. Recordar que estamos practicando atención plena en nuestra sexualidad para romper esa dinámica mental, es un elemento indispensable. En cuanto al mundo externo, los sentidos nos pueden ayudar a centrarnos en nuestra experiencia. Qué vemos, olemos, notamos, oímos y en general qué sentimos con nuestra experiencia y con cada uno de esos elementos.
Para concluir me gustaría invitarnos a salir de esa focalización de la zona genital y explorar la sexualidad en toda su amplitud, para poder fomentar la inteligencia sexual o erótica. Os mostraré dos ejercicios para trabajar la atención plena dentro de un contexto íntimo de pareja. En ambos un miembro de la pareja se taparía los ojos y el otro guiaría el ejercicio.
Con objetos de diferentes texturas para rozar con la piel de la pareja y que ella adivine qué objeto es. Sólo utilizando la piel y distintas partes del cuerpo.
Elegir una fruta desconocida para la persona y tiene que centrarse en el tacto, el olor, sonido, sabores. Para adivinar qué fruta es, es importante que no lo diga enseguida, que pruebe por todos los sentidos y le dedique tiempo a cada uno de ellos.
Para iniciarnos en el mindfulsex, debemos iniciarnos en el mindfulness, prácticas ejercicios que centre la atención en nuestro cuerpo como pueda ser la vipassana o el body scan. Recordemos que nuestros órganos más importantes para nuestra sexualidad son el cerebro y nuestra piel. Utilizaremos nuestro cuerpo como soporte atencional para comenzar a practicarlo. Disfrutar plenamente de acuerdo con los valores sin expectativas ni objetivos, sólo fluyendo. Disfrutar del placer del momento. Olvidarnos de la intención, y centrarnos en el sentir de ese momento lo que surge. En los sentidos en toda su plenitud.
Jorge Pérez Ferrer
Psicólogo, sexólogo y terapeuta de pareja.