Todos los días podemos motivarnos para alcanzar objetivos, ser eficientes, no solo en nuestro trabajo sino también en nuestra vida cotidiana. Ser una persona trabajadora, buen familiar, excelente pareja y sobre todo una persona feliz. Son exigencias muy legítimas pero en ocasiones muy difíciles de alcanzar todas ellas. Es por ello, que para ser una persona que avance en su vida, sería bueno que se permitiera los retrocesos y los parones. Aquí es donde nos vamos a detener, en los descansos y su importancia en nuestra vida.
El descanso es el espacio necesario para recuperar fuerzas y energía tras un periodo de gasto energético, ya sea mental o física. Como cuando intentamos meter demasiado material dentro de un globo y mediante un embudo. Aunque este se estire, llega un punto en el que finalmente se fractura.
El estar presente en un lugar haciendo un trabajo no implica ni que se esté trabajando o interactuando, ni que si se hace, sea eficiente. La atención es un recurso básico y un proceso cognitivo indispensable para esa eficiencia personal y laboral. El agotamiento mental hace que la atención no focalice correctamente, y por tanto, no cumplamos como nos gustaría. Nos afecta en la atención, y por ello, en la memoria. Una evidencia de eso es que en España es uno de los países de la Unión Europea con mayor horas de jornada laboral y menos eficiencia. Además de eso, el descanso nos aporta reconocimiento y valoración como persona, no somos una pieza de un engranaje sino que somos una persona con inquietudes, reflexiones o deseos y para ser conscientes de ello es necesario parar. Además pueden ser momentos y espacios adecuados para fomentar la creatividad, se aclararán las ideas y asentarán los conocimientos. Biológicamente estimula la aparición de endorfinas, dopamina y serotonina en el cerebro fomentando la reducción del estrés y los beneficios que de ellos se vienen.
Nos aporta una estructura de horario, unos objetivos. Cada cambio de tarea hay un parón, cada finalización y alcance de unos objetivos marca ese fin de etapa. Por tanto estructura nuestra mente y nos permite centrarnos.
Se pueden escuchar alguno mitos sobre el descanso que podrían ser los siguientes: “Dormir es descansar solo”, “Descansar es solo por la noche.”, “Descansar significa dejar que la mente no se esfuerce y se deje llevar”, “Descansar es parte del ocio”, “El descanso no tiene una función práctica” o “El descanso es de vagos”. Estas creencias limitan la utilización del descanso como herramienta de trabajo, sobrecargandonos. Cuando se está cansado, no tiene el mejor rendimiento posible. Es tan importante el trabajo y el esfuerzo dedicado que los descansos adecuados. Para coger un pulso debemos detenernos inclinarnos hacia atrás y empujar hacia adelante, pero para ello debemos detenernos.
Terminaré con una frase que comenta el Dr. Merrill Mitler, experto en sueño y neurocientífico del NIH: “El dormir mantiene todos los aspectos del cuerpo de una forma u otra: el equilibrio energético y molecular, así como también la función intelectual, el estado de alerta y el humor”.
Jorge Pérez Ferrer
Psicólogo, sexólogo y terapeuta de pareja