El pasado sábado 2 de septiembre, dentro de las actividades programadas de SENTIM-T se llevó a cabo con una duración de 3 horas el debate '¿Qué hacemos con las amistades que nos decepcionan?'. A dicho debate acudieron unas 13 personas de diferentes edades y con un mismo objetivo, conocer la diversidad opiniones al respecto, aprender y extraer alguna posible idea u opinión para aplicarla en su vida.
Las decepciones forman parte del crecimiento y la evolución de todas las personas, siempre van a estar ahí y la idea de hacer un debate de este contenido resultó ser, además de original, un atrevimiento a tratar un tema tan universal y de la vida cotidiana que, desgraciadamente, sigue siendo un tema tabú el tratarlo o expresarlo públicamente. Hay a quien le ha parecido extraño llevar a cabo una actividad de tal calibre, incluso hay a quien le ha causado gracia, un síntoma más de la poca relevancia que todavía se le hace a los problemas que por ser tan cotidianos pierden su protagonismo cuando realmente deberían ser los más tratados por el bien de nuestra salud emocional.
No es lo mismo tratar un tema como el de las decepciones en terapia individual que en un debate debido a que la creación de un ambiente grupal supone un estímulo reforzante para tener iniciativa creando un sentimiento de pertenencia, cercanía y comodidad para todos al sentirnos parte de un todo, todos iguales y diferentes al mismo tiempo, compartiendo vivencias e ideas y, sobre todo, extrayendo puntos positivos que podemos aplicarnos a nosotros mismos y que hacen cambiar nuestra visión de las cosas, incluso, a veces, rompiendo nuestros propios esquemas y por qué no, nos hacen madurar.
El debate comenzó planteando uno a uno una definición de amistad, dado que es un concepto muy amplio y que cada cual lo define a su manera. Algunos puntos coincidían para todas las personas, por lo que parece que el concepto de amistad engloba las siguientes principales características:
Alguien que está en las buenas y en las malas.
Hay distintos niveles de amistad, están los amigos de pasar el rato, reírte y salir de fiesta y luego están los amigos con los que además de todo lo anterior también puedes contar con ellos cuando tienes un problema, hay confianza para decir lo que se piensa, bueno y malo y se ayudan mutuamente. Las decepciones vienen cuando una persona está en un nivel de amistad y cree que la otra persona también está en el mismo, pero al provocarse un suceso se deja entrever que realmente no era así.
Te escucha cuando lo necesitas. No significa esto que el amigo/a deje su vida para ir rápidamente, no, sino que busca un hueco en algún momento, cuando puede, para hablar contigo sobre algo que te preocupa, te da su opinión, incluso algún consejo sabiendo que quizás no lo lleves a cabo. Te avisa de que algo pueda salir mal pero te demuestra que pase lo que pase va a estar ahí.
No te juzga, hace el esfuerzo de entenderte y te da su opinión o realiza una crítica constructiva, por ejemplo, cuando has cometido un error.
Es la familia que se escoge en función de tus valores, características e intereses.
Es una relación de reciprocidad. El intercambio es mutuo, aunque haya épocas en las que uno pueda aportar más que otro. La relación supone un esfuerzo, a veces, dedicando tiempo y atención cada cierto tiempo, mostrando interés y preocupación, cuidando la comunicación y teniendo pequeños detalles desinteresados.
Es una relación basada en el respeto, la confianza y el desinterés. Puede parecer contradictorio decir que una amistad es una relación de reciprocidad y luego decir que debe estar basada en el desinterés, pero no es lo opuesto, en este sentido se refiere a que cada miembro de la relación hace las cosas porque le nace sin esperar nada a cambio, no obstante, es comprensible que cuando durante un prolongado periodo de tiempo solo es uno de los dos quien se preocupa por mantener el contacto, etc., la otra persona se agote ya que también necesita el afecto de su amigo/a y sentirse querido. De aquí que se parezca en este punto a una relación de pareja, pero sin sexo.
Es un cómplice, con algunos incluso hay una conexión especial. Se comparten bromas, risas y temas con los que no hablarías con otras personas. Puedes estar incluso un mes sin hablar con esa persona, pero cuando te ve te demuestra y te hace ver que puedes contar con él/ella cuando lo necesites.
Es un apoyo en los malos momentos. Se preocupa cuando estás mal por algún suceso y te intenta animar.
Es parecido a una relación de hermanos. Te puedes pelear con ellos pero ambos hacen el esfuerzo de reconciliarse, y se prestan apoyo tanto emocional como instrumental. En este punto se hizo un inciso haciendo una comparación entre la amistad entre mujeres y la amistad entre hombres comentando que entre hombres hay más un apoyo instrumental y entre mujeres un apoyo emocional.
Es parecido a una relación de pareja pero sin sexo. No convives con tu amigo/a ni te acuestas con él/ella, sin embargo, compartes experiencias, secretos, vivencias, diálogos, problemas y es una relación de reciprocidad, en la que a veces también hay que negociar buscando el bienestar de ambos. Respetar las discrepancias y diferencias de opinión, respetando y tratando de dialogar cuando haya un conflicto.
Se cuida la comunicación y se muestra el afecto. Se comentó la injustificada actitud de indiferencia que se muestra a veces, con la cantidad de medios de comunicación existentes hoy en día (teléfono, whatsapp, sms, e-mail, Facebook, etc.) para poder preguntar o hablar. La distancia hoy en día no es tanto el problema, sino el interés.
Compartes experiencias o secretos. Creas recuerdos con esas personas.
Te acepta tal y como eres. Con tus defectos. Intenta ayudarte a ser mejor persona.
Te defiende ante los que te critican.
Alguien con quien a pesar de tener diferencias de opinión sigue a tu lado. Las respeta aunque no las entienda.
Muestra un nivel de implicación e interés en cuidar y mantener la relación. Como hemos dicho anteriormente, se preocupa porque haya un mínimo de comunicación cada cierto tiempo, se implica en que la relación funcione y evolucione a pesar de las circunstancias. Se comentó la posibilidad de que las circunstancias influyan pero se estuvo de acuerdo en que lo que realmente determina es el interés, de ahí a que haya relaciones de amistad a distancia que permanezcan intactas y otras que estando cerca se terminen.
Intenta hacer el esfuerzo de solucionar los conflictos sin huir y no muestra indiferencia. Intenta quedar, hablar, exponer sus argumentos, escuchar, entender y negociar la posibilidad de una reconciliación.
Tras una definición amplia pero clara sobre el concepto de amistad, se planteó otra cuestión que fue la que dio más que hablar y más diversidad de opiniones había: Después de una decepción ¿Es posible recuperar la amistad?.
Las contestaciones más compartidas fueron las siguientes:
La decepción puede tener solución si se habla con nuestro amigo/a a tiempo sobre lo sucedido, evitando que se acumule el malestar y las dos personas se muestren dispuestas a solucionarlo poniendo su parte de responsabilidad sobre lo sucedido y expresando sus sentimientos abiertamente. En ocasiones es bueno dar un pequeño margen de tiempo para ver las cosas con perspectiva para escuchar y empatizar mejor, respetando la manera de pensar de cada persona, aunque no se comparta e intentando comprender las circunstancias que llevaron a la crisis de amistad o le llevaron a causar daño a la persona que lo hizo, etc.
En una decepción es mejor hablar de responsabilidad que de culpabilidad. Ninguno de los dos tiene la verdad absoluta ni la razón, solo hay puntos de vista diferentes y malas praxis que, por lo general y salvo excepciones, se hacen sin intención de dañar deliberadamente, siempre hay que tener en cuenta las circunstancias o contexto que envuelven al suceso.
La confianza sí que es posible recuperarla haciendo un trabajo tanto sobre la relación de amistad por parte de ambos/as, como haciendo un trabajo interno cada persona. Requiere tiempo y esfuerzo. Al ser un sentimiento no puede nacer de primeras, hay que promover actuaciones que fomenten el renacimiento de esa seguridad (compartir tiempo, intercambiar conversaciones, recordar anécdotas positivas vividas juntos/as, etc.).
Las decepciones nos hacen más humildes y puede ser beneficioso haciendo que la relación de amistad salga reforzada y sea una amistad más madura y evolucionada, si se consigue superar la crisis.
El superar una decepción y recuperar la amistad depende tanto de factores internos como características de personalidad de ambas personas y de factores externos como el grado subjetivo de gravedad que se aplica al suceso ocurrido.
Las decepciones nos hacen ver la necesidad de trabajar más el perdón, algo fácil de pensar pero difícil de llevar a la práctica. A veces no lo decimos por vergüenza, orgullo, miedo al rechazo, etc., cuando en realidad, quizás estemos perdiendo la oportunidad de recuperar algo que para nosotros un día fue importante y, en caso de salir mal, es una manera de mostrar nuestra humildad y nuestro reconocimiento y desarrollo como personas imperfectas, sabiendo que posiblemente nos toque perdonar a nosotros en otras ocasiones. Es necesario dejar el orgullo a un lado por parte de ambas partes, ya que pedir perdón no significa tener que hacer un sobreesfuerzo humano para recuperar la amistad solo del que ha causado el daño sino que la responsabilidad también recae sobre la persona que tiene que tomar la decisión de perdonar o no y hacer su parte del trabajo.
En la recámara quedaron otras cuestiones que no dio tiempo a abordar como: ¿Cuándo desistir y parar de luchar por recuperar una amistad?, ¿Puede ser todo igual que antes?, ¿La amistad necesita de contacto?, ¿El nivel de exigencia puede afectar a la amistad?, ¿Qué se puede hacer cuándo vemos que los que hemos fallado hemos sido nosotros?, ¿La generación influye en la forma de ver la amistad?, ¿Importa más las circunstancias o el interés?, etc.
En definitiva, el horario establecido únicamente nos dio tiempo a profundizar en los dos planteamientos expuestos. En el tintero quedaron otras cuestiones que esperamos resolver en otros futuros debates dada la buena acogida y el interés mostrado llenando el cupo y quedando gente en lista de espera. Lo importante es que surgió un ambiente distendido de aprendizaje y quedo patente la necesidad ineludible que tiene el ser humano de compartir sus ideas, sus vivencias y sus opiniones y algo más importante y a lo que no estamos acostumbrados, sus sentimientos, porque en el compartir puede estar la solución a muchos de nuestros problemas, de ahí que el trabajo que se realiza desde SENTIM-T sea, sin perder la individualidad de cada persona, trabajar en equipo promoviendo la psicología como un camino colectivo, donde la cooperación social sea la base de nuestro bienestar.
SENTIM-T
Psicología para el empoderamiento de las personas